
Es difícil leer la propia época, construir la distancia necesaria para evaluar la contemporaneidad, darnos cuenta de los alcances y lamedida de la transformación de la sociedad en la que estamos viviendo. Sin embargo, a veces hay algunos aspectos que nos llamanla atención, que aparecen como síntomas, como puntas de iceberg de un proceso mayor: los adultos no dejamos de sorprendernosante la relación que los chicos y los adolescentes establecen con celulares, computadoras y otras herramientas de las nuevas tecnologías.Este vínculo atraviesa las diferencias sociales y los grupos culturales de los niños y jóvenes, y tal vez nos esté hablando de esecambio, centrado en la alta tecnología y en la información, cuya magnitud en el día a día no llegamos a advertir.